El fútbol femenil también es guinda y blanco

Un grupo multidisciplinario logró generar este elemento químico con altos niveles de pureza, capaz de mezclarse con combustible (gasolina o diésel), para emplearlo en motores de combustión interna sin ocasionarles ningún daño

Actualmente, un grupo de 27 jugadoras entre los 16 y 24 años conforman la selección de fútbol femenil del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en categoría libre. Ellas son estudiantes de los niveles medio superior y superior. Esta selección cuenta con un campo de soccer profesional de pasto sintético con medidas de 105 metros de largo por 68 metros de ancho, ubicado a un costado de las instalaciones del equipo de fútbol americano Burros Blancos, en Zacatenco. Son entrenadas por el profesor Enrique Aguilar Ortiz, quien jugó de lateral derecho en los equipos América y Cruz Azul, y cuenta con una maestría en Ciencias del Deporte de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED). La selección femenil guinda y blanco entrena tres días a la semana: martes, miércoles y jueves, de 9:00 a 11:30 horas, y desde enero pasado practica en las nuevas instalaciones deportivas. Ana Valeria Rivas Serrano, alumna de la Licenciatura en Biología, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), ocupa la posición en el medio lateral del campo y confiesa que su mayor distintivo dentro de esta escuadra es la exigencia. La estudiante de 22 años mencionó que la posición más difícil en el fútbol es la banca. “Aguantar la banca es complicado y nadie quiere estar ahí, pero aguantarla y saber permanecer en ese lugar te impulsa a hacer mejor tu trabajo

Cuando entras a la cancha. Si ya hiciste el sacrificio de pararte temprano, hay que aprovecharlo, eso es algo que el profesor nos inculca a todo el equipo. El entrenador Enrique Aguilar coincidió en la repulsión a la banca, “nadie quiere estar ahí”, por eso motiva al selectivo femenil a seguir en busca de mejores resultados dentro de los entrenamientos para que adquieran carácter, técnica y buen fútbol. El docente, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco, planifica, diseña y construye un proyecto deportivo desde septiembre del 2024, en el que tiene como propósito explotar las habilidades técnicas de cada una de las jugadoras. Busca inculcarles la importancia del trabajo en equipo, las motiva y les enseña estrategias con claridad; incentiva la diversidad y asigna a cada una de las politécnicas la posición que mejor se adapte a su fisionomía y sus habilidades técnicas y futbolísticas. En el entrenamiento, las jóvenes realizan jugadas de primera intención, toques, técnicas de zigzag con balón y, de forma continua, la conducción de la pelota. Su instructor les explica cómo contactar el esférico con potencia y técnica de manera eficiente con la parte interna o externa del empeine. Ana Valeria platicó que, desde su arribo a esta selección en septiembre de 2024, ha entendido que este deporte no es de individualismo ni de celos. “He aprendido la importancia del trabajo en equipo, ya que convivo con 27 jugadoras para forjar mi carácter”. El entrenador reveló que una de sus cartas bajo la manga es el sacrificio y eso es parte de su consejo a las jugadoras. Mientras camina y el sol le hace sudar previo al término de la práctica del día, no olvida tampoco que otra regla de oro para triunfar es la mentalidad. “Yo les digo que dentro del fútbol siempre hay líderes, y que, siendo un líder, eso les va a facilitar tomar decisiones difíciles y ejercer su profesión con mayor madurez. Aunado a la capacidad de trabajar en equipo ante las diversas situaciones que se presentan en el campo y en la vida”.

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