INVESTIGACIÓN

El IPN se suma al combate contra el sargazo

Reportera: Claudia Villalobos / Fotógrafo: Enrique Lair - 11 / 08 / 2025
El IPN se suma al combate contra el sargazo

Esta microalga emite gases dañinos para las personas y también causa la pérdida paulatina de la vida marina

DATOS DE INTERÉS

El sargazo crea una barrera que bloquea la luz y dificulta que los organismos que se encuentran debajo realicen la fotosíntesis, lo cual implica la pérdida paulatina de la biodiversidad marina.

Entre marzo y agosto, el mar Caribe mexicano se tiñe de una tonalidad marrón por el arribo masivo del sargazo, macroalga que se agita en las aguas cristalinas y se instala en las playas como visitante incómodo; se prevé que para este 2025 alcance una cifra de aproximadamente 37 millones de toneladas, volumen muy difícil de contener y que, sin duda, incrementará las repercusiones negativas que ya causa en el medio ambiente, la economía, el turismo y la salud del ser humano.

La presencia de esta macroalga en el océano es muy antigua, en los escritos de Cristóbal Colón, cuando llegó a América, ya hablaba del Mar de los Sargazos, el cual se encuentra en el océano Atlántico norte y debe su nombre a la presencia de las especies pelágicas Sargassum fluitans y Sargassum natans, cuyas vesículas de gas les permiten desplazarse flotando fácilmente hasta alcanzar las aguas de la región del Caribe.

“El sargazo implica un problema muy serio que no es exclusivo de México, todo el Caribe sufre sus efectos, por lo tanto, se deben hacer esfuerzos de colaboración internacional para generar estrategias adecuadas”, señaló la doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) con amplia experiencia en el estudio de mares y costas, y quien desde hace diez años se ha dedicado a la investigación del sargazo.

La experta del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) refirió que hasta hace unas décadas, el sargazo que se desprendía de su lugar de origen seguía una ruta que bajaba hacia la costa oeste de África, cruzaba el Atlántico y llegaba a Sudamérica, pasando por la desembocadura de los ríos Amazonas y Orinoco, y su desplazamiento continuaba hasta llegar al Caribe. Parte de esta masa de sargazo proseguía su recorrido hasta incorporarse nuevamente al Mar de los Sargazos, una ruta que formó parte del primer modelo conceptual de desplazamiento del sargazo.

Sin embargo, en la actualidad el sargazo se desplaza entre la costa oeste de África y la parte este de Sudamérica hasta llegar al Golfo de México, conformando el llamado “cinturón de sargazo”. La gran cantidad de nutrientes que se encuentran en la desembocadura de los tres grandes ríos ubicados en la zona de desplazamiento origina un enriquecimiento de las aguas conocido como eutroficación, lo que permite un crecimiento acelerado de esta macroalga.

El Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, que se extiende desde África Occidental hasta el Golfo de México, puede alcanzar 8 mil kilómetros de ancho, lo cual nos da una idea de la dimensión del problema que se tiene que solucionar mediante la colaboración entre naciones, advirtió la integrante con el nivel II en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII).

Soluciones ante el sargazo

Los grandes volúmenes de masa orgánica acumulados en las playas provocan un olor fétido a causa de la descomposición, lo cual ocasiona la emanación de gases: ácido sulfhídrico, amoniaco, metano y dióxido de carbono (CO2), los cuales tienen repercusiones en la salud.

Por los riesgos que esto significa, y con el propósito de darle un valor agregado al sargazo, la doctora Muñoz Sevilla considera que la opción más viable para mitigar el problema del sargazo es la instalación de biodigestores en sitios estratégicos para generar biogás y transformarlo en energía eléctrica.

“Hay quienes argumentan que el valor calórico del sargazo es muy bajo y por ello no conviene esa alternativa, pero lo que sobra es materia prima, así que si se instalan biodigestores y se genera biogás mediante una turbina, es posible generar energía eléctrica. Como residuo se pueden recuperar parte de los elementos que lo conforman. En España ya hay biodigestores para esa finalidad, no es una tecnología nueva, de tal forma que se puede actuar en ese sentido para empezar a dar solución al problema, así como profundizar las investigaciones para diversificar el uso de la macroalga”, expuso.

Participación internacional del IPN

Mediante el proyecto que desarrolla la doctora Muñoz Sevilla, a nivel del Politécnico y del país, se participa en la Red de Monitoreo de Vigilancia y Medición de la Calidad del Aire en el Caribe.

“Francia emitió una convocatoria en la que junto con otros cuatro países resultamos seleccionados por el proyecto realizado en el CIIEMAD en colaboración con el Centro de Investigación Científica de Yucatán, Unidad Cancún; el gobierno del estado de Quintana Roo, a través de la Dirección de Monitoreo de Cambio Climático y Sargazo, y con el Movimiento POP (Protect Our Planet), ONG Internacional”.

Desde marzo de 2025 empezamos a medir en tiempo real los niveles del ácido sulfhídrico y del amoniaco para contar con un parámetro de los niveles y las posibles afectaciones que ello podría tener en los sargaceros, que son las personas que se dedican a retirar la macroalga de las playas.

Esta tarea la realizan mediante la instalación inicial de los sensores ubicados en Punta Nizuc (Cancún), Akumal y Mahahual, Quintana Roo, para la medición de los gases mencionados.

“Este año instalaremos dos más y el gobierno del estado pondrá cinco más. En total esperamos montar 20 equipos que midan los gases en todo el litoral del estado, en Cozumel e Isla Mujeres, que son las dos islas con mayor población”, indicó la especialista del IPN, quien mencionó que estas acciones se derivan de un estudio previo que se realizó con apoyo del Observatorio para el monitoreo de la calidad del aire en la isla de Martinica (Madininair) y con el financiamiento de Francia.

Adicionalmente se cuenta con un sistema de medición de dirección e intensidad de viento para monitorear el desplazamiento de los gases provenientes de la descomposición del sargazo.

La especialista condecorada por el Gobierno de la República Francesa con las Palmas Académicas en Grado de Caballero, refirió que a partir de dichos estudios prevén contar con una base de datos muy robusta que se conformará con el apoyo del gobierno de Quintana Roo, para buscar estrategias encaminadas al manejo integral del sargazo en el estado.

El IPN se suma al combate contra el sargazo
El IPN se suma al combate contra el sargazo

Daño a la vida marina

La doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla destacó que el Mar de los Sargazos es de tipo oligotrófico (con bajo nivel de nutrientes) y por muchos años permaneció estable. Las algas luchaban por su sobrevivencia e ingerían poco sustento, pero el entorno se modificó como consecuencia del cambio climático, esto propició alteraciones químicas y así se inició un descontrol no sólo para esta macroalga, sino para todo el ecosistema marino.

Dato de interés: Se estima que este 2025 habrán llegado 37 millones de toneladas de sargazo, que podrían superar el récord alcanzado en 2018.

Además, el sargazo representa una enorme amenaza para los sistemas acuáticos de la región del Caribe debido a que consume grandes cantidades de oxígeno y crea una barrera que bloquea la luz y dificulta que los organismos que se encuentran debajo realicen la fotosíntesis, lo cual implica la pérdida paulatina de la biodiversidad marina.

Asimismo, la contaminación del mar ha cambiado la densidad del agua y de las corrientes marinas. “Por ejemplo, una temperatura mayor a la habitual en la superficie del mar provoca cambios estructurales en los ecosistemas. Al absorberse enormes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera se acidifica el océano y aquellos organismos constituidos por carbonato de calcio, como los moluscos, empiezan a perder sus conchas y a morir, de igual forma los arrecifes coralinos se ven afectados.

La integrante de la Comisión de Sargazo de Quintana Roo señaló que lo ideal sería sacar en alta mar el alga y evitar que llegue a las playas, pero el exacerbado volumen complica esa tarea. “Al llegar a la playa se acumula en bloques que semejan gruesas carpetas que llegan a medir hasta 150 metros de ancho, lo cual contribuye a la pérdida de la longitud de las playas y genera significativas pérdidas económicas para la industria hotelera”, puntualizó la especialista politécnica.

En cuanto a las afectaciones a la salud, la doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla expuso que la macroalga es todo un ecosistema que integra larvas de peces, así como pequeños organismos e incluso medusas; es una masa gigantesca que es urticante, por eso al entrar en contacto con la piel genera picazón y salpullido.

En virtud de todos los elementos que arrastra a su paso, el sargazo acarrea metales pesados, entre ellos el arsénico, que es un metaloide, y aunque ya existen en Cancún, Quintana Roo, algunas empresas dedicadas a retirar ese elemento químico, la técnica es muy cara.

Expectativas

Al externar su preocupación por el problema del sargazo, la especialista con 49 años de trayectoria docente y en investigación en el Politécnico consideró necesario fortalecer el trabajo conjunto en redes a nivel nacional (gobiernos estatales y la academia), así como en el ámbito internacional para generar sinergias y obtener resultados de manera más inmediata.

Finalmente habló de su deseo como científica de seguir preparando jóvenes que continúen aportando nuevos conocimientos en materia de ciencia aplicada y proseguir con sus investigaciones orientadas al cuidado del planeta.

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