¿Por qué el Uranio pone en vilo al mundo?
La humanidad parece vivir una nueva Guerra Fría, en la que el Uranio, junto con el Plutonio, son los actores centrales, considera Ángel Jesús Morales Ramírez, científico del IPN.
Se incrementa su producción mundial para reactores nucleares generadores de energía eléctrica y por la amenaza de conflictos bélicos
De acuerdo con estudios científicos, en el mundo existen armas nucleares suficientes para acabar con la vida en la Tierra hasta en centenas de veces y, pese a estos riesgos, la producción mundial de Uranio aumentó en 4 por ciento entre 2020 y 2022, por el crecimiento de la demanda de este elemento químico altamente radioactivo que sirve para activar reactores nucleares generadores de energía eléctrica y crear armamento de destrucción masiva.
El científico del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Ángel Jesús Morales Ramírez, explica que el Uranio, como muchos otros elementos químicos, tiene luces y sombras en cuanto a su explotación y utilización por la humanidad, toda vez que permite un eficiente uso como generador de energía eléctrica; también se ha establecido que este elemento químico tiene una función primordial para la vida en la Tierra, al contribuir a mantener la temperatura interna del planeta y a la operación de su campo magnético.
Pero por otra parte sigue siendo uno de los principales materiales empleados para construir armas nucleares que poseen las naciones más avanzadas del orbe.
El especialista del Laboratorio de Análisis Metalúrgico de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) enfatiza que en los próximos años las naciones que no tienen reservas de petróleo, gas metano, ni cuerpos de agua abundantes, serán las que podrían tener la necesidad de construir plantas nucleares para cubrir sus necesidades de energía eléctrica.
“La energía nuclear para la generación de energía eléctrica es casi ilimitada, limpia y eficiente, además de que no genera gases de efecto invernadero. Sin embargo, siempre conlleva un riesgo la construcción y operación de las plantas nucleares”, reconoce.
El doctor en Tecnología Avanzada por el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA), Unidad Altamira del IPN, subraya que ante los conflictos bélicos recientes (entre Israel e Irán, Ucrania y Rusia, India y Paquistán y los enfrentamientos armados en Níger), además de la creciente demanda de energía eléctrica, la humanidad parece vivir una nueva Guerra Fría, en la que el Uranio, junto con el Plutonio, son los actores centrales.
Explica que de los desastres nucleares de Chernóbil y Fukushima -los cuales tuvieron sus orígenes en fallos de los sistemas de emergencia-, la humanidad aprendió que es necesario mejorar los diseños y tener mejores controles en este tipo de plantas, para asegurar los procesos y evitar tragedias.
Señala que entre los países con mayores reservas de Uranio en el mundo se encuentra Australia, Kazajistán, Rusia, Namibia y Canadá, mientras que las naciones líderes en la producción de este elemento químico son: Kazajistán, Canadá, Namibia, Australia, Níger, Uzbekistán y Rusia.
Detalla que la diferencia entre el uranio enriquecido y el uranio no enriquecido, radica en la concentración de su isótopo fisionable, denominado uranio-235 (U-235), que puede propiciar reacciones en cadena.
Afirma que el uranio no enriquecido (encontrado en la naturaleza), contiene una proporción menor al 0.7 por ciento de U-235; es necesario concentrarlo hasta entre el 3 y el 5 por ciento para usarlo como combustible de plantas nucleares, mientras que el uranio enriquecido tiene una proporción mayor de este isótopo de más del 90 por ciento, lo que lo hace apto para la fabricación de armas nucleares.
“El primer paso del enriquecimiento del Uranio -detalla- es moler el mineral que lo contiene, para después someterlo a una lixiviación (disolverlo en ácido) y por reacción química éste se separa de otros elementos; posteriormente se precipita ya más puro. Este Uranio es el que se enriquece: Se forma un gas denominado Hexafloruro de Uranio, el cual se centrifuga hasta obtener el enriquecimiento deseado”.
El científico del IPN recalca que hay una regla no escrita entre las relaciones las naciones: “Nadie ataca a quien tiene armas nucleares, motivo por el cual algunos países, pese a tener gas y petróleo para generar energía eléctrica, enfocan sus esfuerzos a la construcción de plantas nucleares para producir Uranio, cuyo nivel de enriquecimiento se desconoce y puede servir como un sistema de defensa”.
“Lo deseable para la humanidad es que los países entiendan que el desarme nuclear y la diplomacia es la mejor vía para encontrar soluciones a los diferendos, bajo los preceptos de la Organización de las Naciones Unidas”, concluye.
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