Para el head coach de Burros Blancos, Fernando Rojas Sánchez, la repetición es la madre del aprendizaje. Dominar algo, consideró, siempre va a redituar frutos.
La temporada pasada, explicó, el equipo tuvo un inicio desequilibrante, el cual no habían presupuestado. No obstante, puntualizó que luego de un análisis, corrigieron el rumbo y aumentaron el sistema ofensivo y defensivo paulatinamente. Sostuvo que este cambio alcanzó para pasar en séptimo lugar a playoffs.
El entrenador de este equipo politécnico adelantó que su objetivo es mejorar la planeación de cara a la próxima temporada 2025 de la Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano (ONEFA).
“Sabemos que el resultado tiene que ser mejor, más allá de los cuartos de final y buscar esa semifinal para proyectarnos a llegar a la final de la ONEFA”, dijo en entrevista.
Con el nuevo campo de entrenamiento de Burros Blancos como telón de fondo y desde su oficina, ubicada frente a las yardas 20 y 30, Fernando Rojas dejó claro que uno de los pilares para obtener victorias ha sido la elección de su equipo.
“Darles todas las herramientas a los jugadores para que lleguen al campo en una situación que conozcan y puedan tener esa confianza de desarrollar lo que se está mandando en ese momento”.
De manera reflexiva, Rojas Sánchez entrelazó las manos sobre el teclado de su laptop y destacó que el trabajo del staff es fundamental. “Llegan desde las nueve de la mañana y los sábados, desde las siete, para bajar información y transmitirla a los jugadores con el objetivo de que ellos desarrollen el fútbol que buscan”.
Tras 19 años de experiencia y desde 2006 como head coach de Burros Blancos, enfatizó que siempre el orden y la disciplina dentro del equipo ha sido una parte importante. “Eso genera diferentes valores en los jugadores como la responsabilidad, el compromiso y que crean en el programa, en lo que se hace”.
Sobre su escritorio luce un casco de fútbol americano blanco, de su escuadra, con el logo de Burros Blancos en guinda y el número 17 en el mismo tono, y a su costado, un silbato de entrenamiento que no dejó de tocar con la mano durante la charla.