Egresados del IPN colaboraron en la construcción de la primera aeronave deportiva ligera que ya cuenta con certificación
Técnica, diseño, innovación y pasión quedaron plasmados en Halcón 2.1, la primera aeronave deportiva ligera 100 por ciento mexicana, en la que dos egresados del Instituto Politécnico Nacional (IPN) aportaron sus capacidades y talento para lograr, en conjunto con un equipo de trabajo de la empresa Horizontec, el despegue de la aviación en el país.
Los egresados de Ingeniería Aeronáutica de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Ticomán, Humberto Montaño Valdez y José Uriel Vázquez Marín, participaron prácticamente en todo el proceso de diseño, manufactura y elaboración de componentes para Halcón 2.1.
El pasado 10 de septiembre de 2025, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, entregó el Certificado 0001 de aeronave en México, que lo acredita con los más altos estándares internacionales en seguridad y fiabilidad.
“Este registro es el 0001, es decir volvemos a la aviación. México vuelve a producir y levanta el vuelo y nos va a ir muy bien, vamos a ir muy lejos”, dijo entonces el secretario de Economía”
La aeronave recibió recientemente la certificación LSA (Light Sport Aircraft) por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
Con este aval emitido por el órgano desconcentrado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la aeronave puede utilizarse en escuelas de vuelo, en vigilancia aérea y recreación, explicó Montaño Valdez, quien también contribuyó desde los bosquejos y modelos CAD en el Halcón 2.0 y ahora en el 2.1, con la experiencia que le dan nueve años en Horizontec, dirigida por el también ingeniero Giovanni Angelucci Carrasco.
“La certificación es trascendente porque tenemos un avión mexicano volando que cumple con normas internacionales como la ASTM F2245, cuyo objetivo es que la aeronave sea segura y estable, además que demostramos el talento y compromiso en este sector”, afirmó.
“Este esfuerzo comenzó hace once años, enfrentó muchos obstáculos y hoy demuestra que México puede innovar incluso en sectores complejos como la aviación”, sostuvo.
El ingeniero aeronáutico detalló las características del Halcón 2.1, cuya capacidad es para un piloto y un pasajero, cuenta con un motor Rotax 915iS de 141 caballos de fuerza, es turbo y de inyección, ya no carburado.
“Utiliza gasolina Premium, lo cual abarata los costos en comparación con otro tipo de combustibles en aviación. Eso es muy importante, además de que Horizontec busca democratizar la aviación”, comentó.
El Halcón 2.1 está fabricado con materiales compuestos, lo que implica que José Uriel Vázquez Marín, quien se desempeña como ingeniero estructural, define las propiedades mecánicas de cada sección de la estructura y realiza pruebas de resistencia mecánica con el propósito de garantizar que la aeronave sea segura dentro de sus condiciones de vuelo para las que fue diseñada.
Por su parte, José Uriel Vázquez Marín, quien se desempeña como ingeniero estructural, valida las pruebas de la aeronave y realiza pruebas de resistencia, que revalidan que todo esté correcto para elaborar los planos de manufactura.
“Si hay algo que no entiendo, lo leo una y otra vez hasta comprenderlo y aplicarlo al avión, además de encontrar la forma y el método que garanticen un diseño seguro”, indicó.
La aeronave tiene como base el Halcón 1 y 2, en los que también colaboraron politécnicos. “Me correspondió cerrar el avión, es decir, terminar el fuselaje, una pieza importante porque ahí se unen todos los componentes: ala, tren de aterrizaje, motor, empenaje, en donde también es necesario plantear diversos escenarios de vuelo”, señaló Vázquez Marín.
Pasión por las aeronaves
Fundada en 2014, Horizontec ha abierto sus espacios a ingenieros politécnicos, quienes han contribuido en la parte aerodinámica, estructural, manufactura y sobre todo en diseño, entre quienes se encuentran los ingenieros Edgar Martínez, Francisco Arreola, Luciano Valdez, Rigoberto Sánchez y Rodrigo Pérez.
Desde el Hangar 1W, en el aeropuerto de Celaya, Humberto Montaño Valdez expresó el cúmulo de emociones experimentadas la primera vez que despegó el Halcón 2.1, fruto de años de trabajo, desafíos técnicos y administrativos.
El ingeniero politécnico recomendó a las y los estudiantes de ESIME Ticomán ir más allá de lo académico e “invertir tiempo en proyectos que nos acerquen a lo que buscamos, como los concursos SAE, y llevar los conocimientos teóricos a la práctica, lo que realmente hace la diferencia en la industria”.
Vázquez Marín comentó que su sueño siempre fue construir un avión, y la oportunidad que recibió en Horizontec le ha permitido lograr esa satisfacción, por lo que recomendó a las y los estudiantes seguir su pasión y tener la certeza de que con ella y la técnica que adquieren en el IPN “van a lograr grandes cosas, sigan sus anhelos y, aunque parezca difícil, se va a ir dando porque uno va a buscar la manera de hacerlo realidad”.
Orgulloso de ser el primer politécnico de su familia, el ingeniero aeronáutico expresó su agradecimiento a las y los profesores politécnicos, quienes lo adentraron en el apasionante mundo de la aeronáutica.
Los ingenieros del IPN afirmaron que el Halcón 2.1 está construido del mismo material del que se tejen los sueños: disciplina, esfuerzo, compromiso y pasión.