Una experiencia inmersiva en entornos controlados, ofrecen estudiantes
Para ofrecer a los conductores de autobuses de pasajeros un entorno controlado, seguro e inmersivo para practicar y adquirir habilidades sin poner en riesgo su integridad, la de la gente alrededor o causar pérdidas materiales, estudiantes de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), desarrollaron un simulador de vehículo de autotransporte de realidad virtual.
El prototipo creado por Ángel Ulises Arellano Paz, Alejandro García Arteaga y Víctor Daniel Acosta Licona, cuenta con una pantalla, un asiento de conductor, un volante, palanca de velocidades, switch de arranque, y una computadora donde corre el programa de simulación, además de visores 3D.
A diferencia de los simuladores comerciales, el desarrollado por los estudiantes de la Ingeniería en Mecatrónica, proporciona una experiencia inmersiva real que permite a la o el conductor probar su pericia al conducir un autobús de pasajeros mientras percibe la profundidad, y transita en un circuito con calles, curvas, puentes, cruces con semáforos, y otros automóviles.
“Nosotros vimos en el Congreso Internacional de Transporte y Movilidad del año pasado un simulador que sólo contaba con una pantalla; para este año 2025 ya presentaron una versión de simulador con visor de realidad virtual, no tenía las medidas correctas del autobús como el volante que era de 28 centímetros, en lugar de 45, no contaba con la altura o la inclinación adecuada, además, la palanca de velocidades era muy pequeña”, recordó Ángel Arellano.
Los jóvenes politécnicos señalaron que dichos simuladores no permiten al usuario interactuar con el tráfico, se conducen en línea recta en un carril confinado para el autobús y ahí no se pueden evaluar algunos errores que se comenten al conducir como impedir el paso de otros vehículos, no utilizar direccionales, rebasar la velocidad permitida, o invadir los pasos peatonales.
El simulador de los politécnicos cuenta con una interfaz de usuario que solicita los datos principales para registrar a las y los practicantes. Por el momento, cuenta con tres niveles de dificultad, y uno más para medir la resistencia del conductor. Un usuario no puede seguir al siguiente nivel si no aprueba de manera satisfactoria el anterior.
“En todos los niveles se miden el mal uso de clutch, freno, acelerador y direccionales, las vueltas a la derecha, a la izquierda, cruce de avenidas, y el límite de velocidad. En cada nivel sube el nivel de dificultad, en el primero, por ejemplo, el límite de velocidad es de 40 km/h, los siguientes son más largos y contemplan estacionarse, así como el uso de carreteras, autopistas y una ciudad más grande”, detalló Alejandro García.
Una vez que se ha seleccionado un nivel de conducción, el usuario deberá seguir una trayectoria marcada por una flecha en color rosa y a partir de ahí se registran las métricas de desempeño en una base de datos. Al final de la sesión, el programa guarda todas las mediciones, elabora un reporte para retroalimentar al conductor y hace gráficas de evaluación de desempeño.
“Al comparar las pruebas en cada nivel, sí se notó una disminución de los errores, de una sesión en el que se presentaron 250 errores, en unas tres sesiones más adelante, disminuían a 150, y en algunos casos hasta cero errores, entonces sí hubo una corrección de errores en la conducción”, advirtió Víctor Acosta.
Los artífices del prototipo, asesorados por los profesores Niels Henrik Navarrete Manzanilla y Omar Heredia Vargas se basaron en la Norma Mexicana NOM-068-SCT-2-2014, que establece las condiciones físicomecánicas y de seguridad, que se refieren a la altura del asiento, la distancia, altura y diámetro del volante, y su inclinación, así como el tamaño de la cabina que debe cumplir este tipo de transportes para operar de manera óptima.