El lanzamiento del vuelo orbital con microalgas será desde una base cercana al volcán Popocatépetl, en Puebla
Investigadores de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Zacatecas (UPIIZ), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se preparan para realizar desde una base cercana al volcán Popocatépetl, en Puebla, el primer vuelo orbital de México con material biológico en condiciones estratosféricas, denominado Misión Tecuitlatl II.
Así lo informó el doctor Hans Christian Correa Aguado, quien junto con el profesor Ramón Jaramillo Martínez y estudiantes de la Ingeniería en Mecatrónica de la UPIIZ, han trabajado desde hace más de tres años en el diseño y construcción de un fotobiorreactor (FBR) que tiene como principal carga útil un cultivo de alga espirulina.
“Lo que generalmente se estudia en este tipo de lanzamientos son equipos electrónicos para medir temperatura, tomar fotografías o monitorear partículas ambientales, entre otros, esta sería la primera vez que un equipo en México lanza un sistema más complejo como es un fotobiorreactor con microorganismos vivos a la estratósfera”, aseguró el doctor Correa Aguado.
El interior del fotobiorreactor, añadió el docente de la UPIIZ, se divide en tres secciones, una central con el cultivo y sensores de pH (acidez o alcalinidad), oxígeno, temperatura y densidad óptica; otra en la parte superior, en donde fueron colocados diodos LED, electrónica y un CPU; y una tercera sección en la parte inferior con motores de agitación y sistema de calentamiento.
En la Misión Tecuitlatl II también participan los investigadores Charles Galindo Jr y Héctor Simón Vargas Martínez, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quienes poseen amplia experiencia en el diseño, integración y operación de globos estratosféricos y han trabajado previamente con la National Aeronautics and Space Administration (NASA).
El equipo de la UPAEP ha sido el responsable de elaborar la plataforma estratosférica de transportación del FBR, para lo que han integrado sistemas de suspensión, aislamiento térmico y estructura de soporte adaptada a los 7.5 kilos de peso y geometría octagonal del fotobiorreactor.
De forma paralela, los doctores Joel Alejandro Castillo Esparza del Centro Regional de Desarrollo Espacial (CREDES), de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), en Zacatecas, y Jorge Flores Troncoso de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), implementaron un sistema completo de telemetría para monitorear el artefacto durante el ascenso y el descenso el cual evaluará su desempeño en condiciones extremas de radiación, baja presión, bajas temperaturas y aceleración.
El sistema cuenta además con una estación terrena portátil, equipada con una antena direccional y una consola de visualización para rastrear la trayectoria del globo, así como un tablero especializado, que despliega datos como altitud, velocidad, posición GPS, integridad del sistema, gráficas de telemetría y protocolos de seguridad para la recuperación del equipo mediante geolocalización.
“La idea de habitar el espacio exterior puede parecer un paso lógico en la evolución de la humanidad, por lo que es imperativo propiciar condiciones que sostengan la vida humana fuera del planeta y uno de los principales desafíos es el suministro constante de oxígeno, agua y alimentos para la tripulación”, aseguró el docente politécnico.
En este contexto, resaltó, los fotobiorreactores (FBRs) han emergido como sistemas de soporte vital altamente prometedores, al integrar a la tripulación en un sistema cerrado capaz de producir oxígeno y biomasa a partir de microalgas y este proyecto en particular, el cual ha derivado de una patente con siete registros de propiedad intelectual, constituye un hito histórico no sólo en México sino en Latinoamérica.