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La huella indeleble de Harold V. McIntosh

Reportera: Adda Avendaño / Fotógrafo: Jorge Aguilar - 01 / 12 / 2025
 La huella indeleble de Harold V. McIntosh

Reconocidos investigadores mexicanos recuerdan en ESCOM el legado del físico estadunidense.

A través de la charla “Del legado a la inspiración: nuevas rutas a partir del trabajo de Harold V. McIntosh”, en el Auditorio de la Escuela Superior de Cómputo (ESCOM), cinco reconocidos científicos mexicanos conmemoraron el 10° aniversario luctuoso del físico norteamericano.

Los docentes e investigadores contaron ante los asistentes algunas enseñanzas de McIntosh que fueron de gran impacto en el desarrollo de la computación en México.

Como un docente muy humano, humilde, compresivo y creativo, recordaron a McIntosh los doctores Adolfo Guzmán Arenas, del Centro de Investigación en Computación (CIC); Guillermo Benito Morales Luna, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav); Manuel González Hernández y Juan Carlos Seck Tuoh Mora, ambos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), además del anfitrión, Genaro Juárez Martínez, de ESCOM.

El doctor Adolfo Guzmán Arenas se refirió al compilador LISP que desarrolló el físico en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y cómo se convirtió en su asesor de tesis en 1964 cuando crearon el Lenguaje CONVERT, trabajo con el que se graduó de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Zacatenco, mismo que le valió para convertirse en el primer artículo de computación escrito por un mexicano.

 La huella indeleble de Harold V. McIntosh
 La huella indeleble de Harold V. McIntosh

El doctor Manuel González, indicó que un tiempo fue a colaborar con él al Centro Nacional de Cálculo (CENAC) donde trabajaban toda la noche porque los procesos eran muy lentos, pero siempre resaltó el trato amable y el interés que mostraba en cada uno de sus alumnos.

Guillermo Morales lo conoció cuando estudiaba en la Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM) del IPN, en 1970, durante unas pláticas que dio. Narró que uno de los aspectos que más le sorprendió de McIntosh es la manera en la que trataba el álgebra lineal en el contexto de la física cuántica. Destacó que fue uno de los fundadores del CENAC, y que muchos computólogos le deben gran parte de su formación a McIntosh.

“Mc, como le decíamos sus alumnos, acostumbraba otorgar calificaciones en sistema binario, así que teníamos cero, o teníamos 10. La calificación de cero era para los estudiantes que definitivamente no tenían futuro, la otra, era un aliciente para que muchos continuáramos e incluso alcanzáramos promedios más altos”, resaltó.

Yo conocí al McIntosh en 1996 cuando estudiaba la licenciatura, señaló el doctor Juan Carlos Seck. De él, recuerda que más que un maestro era un científico dedicado a la ciencia al 100 por ciento, pero muy dadivoso con sus estudiantes, pues les daba hospedaje, alimentación, incluso les regalaba cada verano una cajita de galletas que estaba llena de lapiceros, gomas, plumones, disketes y manuales, porque era el material con el que trabajarían.

El legado de Harold V. McIntosh los marcó como alumnos y también muchas de sus enseñanzas los definieron como personas y como docentes, coincidieron los ponentes. Por ello, buscan sembrar el interés en su vida y en su trabajo a las generaciones más jóvenes, para que su recuerdo siga vivo.

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