Mariana G. Sixtos
22 de julio de 2025
El Instituto Politécnico Nacional (IPN), a través del Laboratorio Nacional Conahcyt en Electromovilidad Inteligente (LANCEI), desarrolla investigaciones estratégicas para enfrentar los principales desafíos de la transición energética en México.
En un contexto global que exige reducir emisiones contaminantes y transformar los sistemas de transporte, el LANCEI apuesta por generar tecnología nacional en tres frentes clave: electrificación del transporte, movilidad inteligente y seguridad vehicular.
El LANCEI está conformado por el Instituto Mexicano del Transporte y por cinco instituciones del IPN como son el Centro de Investigación en Computación (CIC), el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA), Unidad Querétaro, las Escuelas Superiores de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidades Zacatenco y Culhuacán y la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Campus Guanajuato (UPIIG), que fusionadas a través de la Red de Investigación en Innovación Automotriz (Reinva), desarrollan desde 2019 proyectos de frontera para romper paradigmas de la transportación.
Uno de los proyectos más avanzados del laboratorio es el desarrollo de un sistema de carga eléctrica con entradas múltiples de energía, que puede operar tanto con la red eléctrica como con fuentes renovables, como paneles solares. Esto busca favorecer una infraestructura de recarga versátil y sostenible, adaptable a contextos urbanos y domésticos.
En paralelo, el equipo trabaja en el diseño de sistemas de manejo de baterías (BMS, por sus siglas en inglés), indispensables para vehículos eléctricos y sistemas energéticos residenciales. A través de pruebas en condiciones reales, que simulan abuso mecánico, térmico o eléctrico, los científicos buscan garantizar la seguridad y el buen funcionamiento de las baterías.
“En México no existen normas específicas para evaluar estos escenarios combinados. Estamos desarrollando metodologías para cubrir ese vacío”, explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conversus (AIC)Ilse Cervantes Camacho, responsable técnica del LANCEI.
Estos desarrollos resultan especialmente relevantes en el contexto mexicano, donde las condiciones de temperatura, humedad y vibración varían ampliamente de una región a otra. “Lo que funciona en un laboratorio bajo condiciones ideales, no necesariamente opera igual en Acapulco, Mexicali o la Ciudad de México”, señaló.
En el eje de movilidad inteligente, el LANCEI implementa un laboratorio urbano experimental en Corregidora, en el estado de Querétaro, que combina datos de cámaras inteligentes con análisis en redes sociales y sensores ambientales. Este sistema permite medir en tiempo real el flujo vehicular, clasificar tipos de vehículos, detectar velocidades y evaluar cambios de carril.
La información recolectada se utiliza para generar modelos dinámicos de tráfico urbano y proponer ajustes a la infraestructura existente: desde rediseñar rutas y sentidos viales hasta modificar tiempos de semáforo. Además, parte del proyecto analiza los efectos del tráfico sobre la salud mental y el comportamiento al volante.
“Hemos detectado diferencias significativas en la actividad cerebral de personas que conducen en tráfico ligero frente a tráfico pesado. Esto también tiene un costo en la calidad de vida”, comentó Cervantes Camacho.
Aunque las investigaciones avanzan, el desarrollo de la electromovilidad en el país enfrenta retos estructurales. Tras los Acuerdos de París de 2015, México adoptó compromisos de descarbonización que incluyen metas de electrificación del transporte y uso de energías renovables. Sin embargo, la falta de acceso a datos clave, como las curvas de demanda eléctrica, dificulta la planeación tecnológica.
“El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son los únicos que tienen acceso a esos datos y están clasificados como información de seguridad nacional. Sin esa información no podemos dimensionar adecuadamente los sistemas de almacenamiento y carga”, aseguró la investigadora politécnica.
La falta de coordinación entre las instituciones responsables de la generación, distribución y regulación energética también ha limitado la implementación de soluciones integrales.
Desde la perspectiva del LANCEI, uno de los principales aportes de la investigación es ofrecer una base técnica sólida para el diseño de políticas públicas viables y ajustadas a las condiciones del país.
Además de generar soluciones tecnológicas, el LANCEI trabaja en la formación de talento especializado. A través de la Red de Expertos en Innovación Automotriz se coordinan los esfuerzos entre instituciones académicas y centros de investigación para avanzar hacia una mayor independencia tecnológica.
“Los problemas de la movilidad eléctrica ya no se resuelven desde un solo sector. Necesitamos colaboración transversal entre industria, academia y gobierno”, dijo la doctora Ilse Cervantes.
Los desarrollos del laboratorio también nutren programas educativos en instituciones como la Universidad Politécnica de Querétaro (UPQ), donde se implementan simuladores y bancos de prueba para vehículos eléctricos, así como diplomados de especialización.
Frente a un sistema de transporte que todavía depende de combustibles fósiles, las investigaciones del LANCEI representan pasos concretos hacia un modelo de movilidad más limpio, eficiente y seguro. La tecnología está en desarrollo, el conocimiento está disponible y con coordinación institucional, estos avances marcarán un antes y un después en la infraestructura energética del país.