Generar más cooperativas para elaborar productos agroecológicos

Mariana G. Sixtos

Productores del centro y la montaña de Guerrero y de la Sierra Norte de Puebla se reunieron en la Ecosenda Politécnica del “Planetario Luis Enrique Erro” (PLEE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), como parte de la segunda edición del Festival de Soberanía Alimentaria, labor del Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia (Pronaii) de Soberanía Alimentaria y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).

La iniciativa está dirigida por el docente de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), Igor Antonio Rivera González, quien también es integrante del laboratorio lienzo y del Grupo de Investigación en Cooperativismo y Organizaciones de la Economía Social y Solidaria (GICopps-ESS). Este equipo se dedica a ayudar a campesinos y productores locales a cambiar hacia la agroecología y a generar redes de colaboración para la transferencia de saberes y conocimientos.

“Estas enseñanzas iniciaron en el 2021 y las trasladamos hacia un proyecto de soberanía alimentaria en la Sierra Norte de Puebla, municipio de Súchil; colaboramos con Sembrando Vida, la Secretaría de Bienestar y 12 grupos más de siete comunidades diferentes. Trabajamos en la creación de cooperativas con los productos de soberanía alimentaria”, declaró Igor Rivera.

Durante el evento inaugural, se realizó un Huentle, una ofrenda integrada con elementos representativos de lo que producen. Florencio Díaz Nejapa, representante de la Red de Soberanía Alimentaria de Productores Indígenas de Guerrero dirigió unas palabras en náhuatl y en español: “son varias comunidades que llevamos tres años trabajando y este Huentle representa nuestra cultura”.

El presídium estuvo integrado por el secretario de Administración, Javier Tapia Santoyo; el presidente del Decanato, Modesto Cárdenas García; la secretaria de Investigación y Posgrado, Ana Lilia Coria Páez; la directora de Estrategia Tecnológica del Conahcyt, Edith Calixto Pérez; el encargado de la DDiCyT, Edmundo Omar Matamoros Hernández; el director de la UPIICSA, Emmanuel González Rogel; el responsable técnico del Pronaii de Soberanía Alimentaria en Guerrero del IPN, Igor Antonio Rivera y el representante de la Red de Soberanía Alimentaria de Productores Indígenas de Guerrero, Florencio Díaz Nejapa.

Coria Páez afirmó que el trabajo conjunto y la importancia de que la ciencia y la tecnología vaya de la mano con el trabajo en la tierra y la naturaleza, “es muy significativo que en el IPN se den este tipo de acciones, sobre todo porque tenemos que mirar que, pese al avance avasallador de la tecnología, se tiene que rescatar lo humano, es momento de ir de la mano de los productores y amigos de los diferentes estados”.

Tapia Santoyo indicó que el IPN abona a la labor, a la justicia social, a que prospere la comunidad y encuentre sus fortalezas y habilidades para trabajar los recursos naturales.

González Rogel comentó que la globalización y las cadenas de suministro largas y complejas ponen en peligro a las comunidades, por ello, el festival invita a reflexionar sobre la soberanía alimentaria como derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos que es una reivindicación de la autonomía y el empoderamiento de las comunidades locales.

Calixto Pérez mencionó que el sector de ciencia y tecnología se enfoca cada vez más en las actividades y proyectos relacionados con el campo, con la idea de impulsar la producción de alimentos, así como la reducción del uso de plaguicidas para disminuir la contaminación de suelos.

Además, se busca cambiar los paradigmas de la agroecología y añadió que “todo este proceso de redes es necesario trabajar en conjunto”.

UN DERECHO, UNA DECISIÓN

De acuerdo con el doctor Igor Antonio, la soberanía alimentaria es un derecho que permite a las comunidades decidir de manera informada cómo quieren alimentarse y qué quieren producir, se respeta los usos y costumbres de cada comunidad. La colaboración entre los productores y el IPN se enfoca en fortalecer la producción y la salud de los participantes e involucra circuitos cortos de comercialización y una economía social y solidaria.

Parte de este derecho incluye dar a conocer la labor de los campesinos y politécnicos involucrados. Entre los productos presentados se encuentran miel, propóleo, mezcal, cacahuate, jamaica, mermeladas, cerdo y sus derivados, huevo, carnes enchiladas, tila, camote, entre otros. Estos productos son el resultado de la participación voluntaria de las comunidades, promovida a través de invitaciones extendidas por los presidentes municipales y respaldadas con talleres de creación de cooperativas y de transición agroecológica.

Matamoros Hernández dijo que el proceso de la soberanía alimentaria permite a los campesinos comercializar de una manera más eficiente sus productos y la divulgación de la ciencia es fundamental para dar a conocer su trabajo, así como el apoyo que el IPN suma con las metodologías propuestas y los productores ya son parte de una red formal de cooperativismo.

LA RED DE SOBERANÍA ALIMENTARIA ES UNA LABOR ARDUA

Las conferencias impartidas en el auditorio “Alfredo Harp Helú” del PLEE destacaron el trabajo de los productores. Por ejemplo, Mario y Bertha, de Chilapa de Álvarez, hablaron sobre la recolección de plantas medicinales, manzanas y calabaza; la elaboración de mermeladas y la cría de cerdos, así como las dificultades de trabajar en condiciones climáticas adversas.

Yesenia y Esperanza, de Pantitlán (Guerrero), trabajan en la avicultura y también enfrenta las inclemencias del clima. “Recibimos ayuda de la compañía de Topiltepec, particularmente de Doña Maximina, nos dio talleres de cómo tratar a las gallinas, cómo alimentarlas y nos dimos cuenta que el huevo salía blandito, no estaba bien formado el cascarón. Les mejoramos la alimentación y al fin, los huevos se lograron”, compartieron.

El productor Filogonio se especializa en la elaboración de composta y en el control de plagas en cultivos de maíz y cacahuate, y detalló que sus procesos son muy limpios, ecológicos y que comparten ideas con otras comunidades sobre cómo curar los granos y combatir plagas con métodos naturales como el uso de cal y cempasúchil. “Los productos que vendemos en el municipio ya son conocidos y pues son para tener mejor salud”, declaró.

Por otro lado, también se expuso sobre el esfuerzo de los guardianes de las semillas criollas de jitomate; la experiencia del proyecto Sembrando Vida, sus avances en estos tres años; la alimentación, la influencia en el metabolismo, la salud, la cafeicultura, el impacto que tiene en la economía local y la gastronomía con dalias.

Asimismo, Miguel Medina Cota y Miguel Ángel Rodríguez Cortés, curadores de la Ecosenda, ofrecieron un recorrido en el que explicaron cuáles son las plantas emblemáticas de México, como la dalia y el ahuehuete, las plantas medicinales y el uso del romero, el vaporub y la lavanda.

En el Segundo Festival de Soberanía Alimentaria en el IPN se destacó la importancia de la agroecología, la producción sostenible, el papel vital de la colaboración y el intercambio de conocimientos entre comunidades. A través de estos esfuerzos, los productores de Guerrero y Puebla construyen un futuro más saludable y autosuficiente.