Vacunarse contra el sarampión es la principal herramienta de prevención: IPN

Corina Tlali Ortega

26 de marzo de 2025

Si no se aplica la vacuna contra el sarampión se corre el riesgo de contraer la enfermedad y sufrir complicaciones graves. Es altamente contagioso y puede causar la muerte, especialmente en niños menores de cinco años. La vacunación es la mejor forma de prevenir la enfermedad, aseguró la investigadora de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Jazmín García Machorro.

En entrevista para la Agencia Informativa Conversus (AIC), la científica señaló que el sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que causa erupciones cutáneas que se extienden por todo el cuerpo, lesiones exantemáticas, fiebre, dolor articular, lagrimeo, moco y congestión nasal.

La doctora García Machorro enfatizó la importancia de la vacunación para prevenir el sarampión y otras enfermedades infecciosas, ya que la vacunación es una de las medidas más efectivas para proteger la salud pública y prevenir la transmisión de enfermedades. “Aunque es prevenible mediante la vacunación, ha habido un resurgimiento de casos debido a la escasez de vacunas y la falta de vacunación en algunas personas”, agregó.

La investigadora indicó que el sarampión se propaga rápidamente y es altamente contagioso. “Una persona enferma de sarampión puede contagiar a nueve, mientras que una persona con COVID-19 contagia a tres”.

Después de 20 años sin casos de sarampión en México, en 2020 se reportaron varios casos de contagio. La razón principal fue la escasez de vacunas debido a la pandemia de COVID-19. “La falta de vacunación en algunos grupos de población, especialmente en niños menores de cinco años, abrió la puerta para que el virus volviera a las andadas y se propagara”, advirtió.

Dijo que México no produce la vacuna contra el sarampión, la compra a laboratorios en la India y frente a la pandemia, el cierre de fronteras y el confinamiento social, simplemente la vacunación se detuvo.

NUEVO ESQUEMA DE VACUNACIÓN

Antes del 2022, la primera dosis era al año de edad y la segunda dosis a los 6 años, momento que coincide cuando los infantes entran a la primaria. Esto cambió en 2022, año en que se actualizó el esquema de vacunación para sarampión.

García Machorro explicó que el nuevo esquema comprende dos dosis, una al año de edad y otra a los 18 meses, y se ha identificado que la vacuna brinda una protección de 25 años si se aplica en el esquema recomendado y puede prevenir la enfermedad en más del 90 por ciento de los casos. Las personas nacidas en las décadas de los años 70 y 80 desarrollaron inmunidad, ya sea por vacunación o por exposición al virus y se ha observado que en algunos casos es duradera.

ETAPA ADULTA Y EMBARAZO

La investigadora del IPN indicó que la vacuna para prevenir el sarampión se puede aplicar en población adulta y no ocasiona ningún daño. “Existen vacunas que no se pueden suministrar en adultos, pero en contra del sarampión sí se puede, lo recomendable es aplicar una dosis y después de un mes suministrar la segunda toma”, agregó.

Comentó que, en algunos casos, las personas con capacidad de gestar pueden estar vacunadas, pero de algún modo el sistema inmunitario se debilita y llegan a presentar síntomas simples o graves con una afectación severa ocasionando parto prematuro, bajo peso del bebé al nacer o la muerte del feto. TIPOS DE VACUNAS

En México, para prevenir el sarampión, existen dos tipos de vacunas: la vacuna triple viral (SRP), que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas; y la vacuna doble viral (SR), que protege contra el sarampión y la rubéola. Ambas vacunas contienen virus vivos atenuados, significa que el antígeno estimula la producción de anticuerpos.

En los momentos que hubo escasez de la vacuna, la manera de fortalecer el sistema inmunitario fue con dosis de vitamina A, ya que fortalece la mucosa oral. Incluso si las personas llegan a enfermar, como parte del tratamiento, se receta la ingesta de vitamina A.

CONTAGIO Y COMPLICACIONES

El contagio se da cuando la persona tose o estornuda y las gotas de saliva que expulsa penetran por las vías respiratorias de personas que no han sido vacunadas.

“Los virus se apoderan del sistema de la célula para producir sus copias virales, esto debilita el sistema inmunitario y se pueden desarrollar infecciones bacterianas agregadas”, añadió la especialista politécnica.

Si las personas no cuentan con el esquema de vacunación los síntomas pueden ir desde leves a graves, Algunas de las complicaciones que se pueden presentar son:

• Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí. • Fiebre y tos seca. • Lesiones exantemáticas en el cuerpo y la boca. • Comezón en los ojos, lagrimeo o pérdida de la visión. • Afectación pulmonar o neumonía. • Comezón en la nariz, congestión y datos gripales. • Otitis, media que va desde inflamación del oído, incluso pueden llegar a perderse la audición. • Puede causar desde inflamación del cerebro hasta una encefalitis. • Secuelas neurológicas.

RECOMENDACIONES

La también integrante de la Red Mexicana de Virología recomienda que la persona enferma se mantenga aislada y sugiere que los familiares cercanos se vacunen, esto incluye a bebés mayores de seis meses y a cualquier individuo nacido desde 1957 en adelante que no tenga evidencia de inmunidad, ya que la vacunación post-exposición llega a proteger 72 horas después del contacto.

Se ha detectado que cuatro días antes de presentar las lesiones en la piel, la persona es infectiva, esto significa que puede contagiar a otras personas. Entre los primeros 10 y 14 días de la infección, el virus del sarampión se propaga por el cuerpo.

Cuando hay un caso sospechoso se sugiere dirigir a las unidades de medicina familiar para una valoración y en caso de requerirse se tomen muestras de sangre, las cuales se analizan en los laboratorios del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos "Dr. Manuel Martínez Báez" (InDRE), institución dependiente de la Secretaría de Salud que se encarga del diagnóstico, control, investigación y desarrollo tecnológico para la vigilancia de enfermedades epidemiológicas.