Aymette Medina Jorge, la primera maestra hispana en cruzar la línea de Kármán, utiliza su experiencia para redefinir el éxito en las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) y enviar un mensaje de conservación desde el espacio: “Si no cuidamos la casita de nosotros, no hay lugar para donde ir”, aseguró.
El momento exacto en que todo cambia se resume en una frase. "En ese momento en que Paul Jeris dice 'We are above the Karman line', eso fue automático para 'We are astronauts'". Para la profesora puertorriqueña, esa frase no solo significa cruzar el borde internacional del espacio, sino convertirse en la mujer número 101 en lograrlo y, de manera crucial, en la primera maestra hispana en hacerlo.
"Y eso es un momento significativo para nosotras". En una industria "predominantemente dominada por caballeros", su presencia allí era un mensaje. "Es el decir: 'aquí estamos nosotras hispanas y en el espacio hay espacio para nosotras también'", afirmó en exclusiva para la Agencia Informativa Conversus (AIC)
Ese mensaje, dirigido a "la que está en el salón de clase, la que está haciendo el cohete que va para la Luna, la que está lavando ropa... o la niñita que está pintando un cohete", es el motor de su misión. Una vez en tierra —aunque, como ella admite, el proceso comenzó mucho antes, durante el adiestramiento— su perspectiva había cambiado para siempre. El "qué" (el vuelo) dio paso al "cómo" usar esa experiencia para transformar la educación. "Ya tengo como más de 200 planes en la cabeza de lo que voy a hacer", contó a la primera persona que la entrevistó al salir de la cápsula.
El plan central de la primera educadora hispana no es inspirar a más ingenieros, sino "hackear" el concepto de carrera STEM. Su argumento es contundente: la industria espacial es un ecosistema que necesita de todo tipo de profesiones, muchas de las cuales han sido ignoradas.
"Tú tienes astronautas que van a volar, pero ellos no van a llegar directo al cohete". En el proceso, Medina identifica un universo de carreras ocultas: "Necesitas a personas de la cocina... quien haga la limpieza del lugar... plomeros".
Más allá del soporte básico, están las carreras técnicas especializadas que no son "astronauta". "Necesitas un operador para el Crane (grúa)", detalla, para mover la cápsula tras el aterrizaje. "Necesitas a alguien que te maneje el Crawler", el vehículo que transporta el cohete. "Son carreras STEM que la gente no visualizaría".
Incluso menciona que Blue Origin tiene su propio meteorólogo, quien libera un globo atmosférico antes de cada lanzamiento para medir las condiciones.
Pero la revelación más sorprendente es la de su compañero de tripulación, el panameño Jaime Alemán, quien es abogado. Medina ve aquí un campo virgen: "La gente no visualiza que nosotros necesitamos abogados en la industria espacial. Su función será crucial para regular un espacio cada vez más transitado por satélites y futuras estaciones. Alguien que tiene la experiencia de haber viajado al espacio... te puede abrir los ojos y decir oye, si te gusta el derecho... contempla que hay una rama especial... que es el derecho espacial", informó.
Como maestra, Medina es consciente de que ahora la "vara es gigantesca". Pero la lección más importante que quiere transmitir a sus estudiantes no es un conocimiento técnico gigantesco. "Lo que te va a abrir puertas en un futuro no es cuánto conocimiento tengas, son las famosas soft skills o las habilidades blandas".
Enumera tres como pilares: la comunicación "que cuando te expreses, seas respetuoso", el trabajo en equipo "es una cosa importante en esta industria" y la solución de problemas "que salgan de la famosa cajita y piensen más allá".
En su salón de clases, esto se traduce en aplicar el Engineering Design Process (Proceso de Diseño de Ingeniería). Obliga a sus estudiantes a documentar sus procesos, aunque admite que "son malísimos en la documentación. I love you guys”, dice entre risas. El objetivo es que esas habilidades "les van a abrir muchísimas más puertas a los estudiantes que realmente el tener un montón de conocimiento cuando no lo puedes poner en práctica".
Si el vuelo le dio una misión educativa, también le provocó una profunda reflexión existencial. Ver la Tierra desde el espacio "te para los pelos de punta", dice.
"Lo siento por los terraplanistas, es redonda, I check", bromea. "La ves así con esa curvatura tan hermosa y ves esos colores azul cielo cómo se intensifican encontraste con ese negro infinito... te invoca a la reflexión instantánea".
Esa deliberación fue sobre la fragilidad. "Qué pequeñitos somos y tenemos un problema, porque si no cuidamos la casita de nosotros, no hay lugar para donde ir". Medina es categórica: "Yo no vi planetas... yo no vi los debris (basura espacial), yo no vi los satélites. Nada, lo que hay es un negro infinito... Allá arriba cuando tú estás allá y ves la tierra así, allá no importa si tú eres blanco, moreno, amarillo... todos estamos en el mismo sitio".
Este cambio de perspectiva se ha traducido en acción directa. Este año, su enfoque en el aula incluye la robótica submarina, "mi otra pasión". Sus estudiantes están construyendo submarinos para "trabajar lo que es la conservación del océano", diseña herramientas para recoger basura, monitorea la calidad del agua o inspecciona muelles para ayudar a los pescadores locales.
Como parte de su vuelo, también llevó semillas al espacio, incluyendo lavanda, que se ha demostrado resistente al fuego. Esas semillas, explica, están disponibles para que los estudiantes puedan investigar cómo la exposición al espacio afecta su germinación, sus raíces o sus hojas. "O sea, hay un millón de infinidades de cosas que se pueden hacer... es algo maravilloso que la gente debe saber".
Al final, su mensaje se destila en tres palabras, las mismas que usó para alcanzar su meta: "Fe, disciplina y resiliencia".
"Cuando tienes tu sueño y lo conviertes en una meta, haces el plan de trabajo. Y los estudiantes, los niños, tienen que escucharlo: no dejen que nadie les quite sus sueños. Al contrario, usted siga para adelante que sí se puede", destacó.
La astronauta se presentó en la ponencia inaugural en el 3er Congreso de Educadores de Exploración Espacial (C3), organizado por la Dirección de Difusión de Ciencia y Tecnología (DDiCyT) en las instalaciones del Planetario “Luis Enrique Erro” y el Centro de Formación e Innovación Educativa (CFIE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y con el apoyo de la comunidad de CHIP OHM.