La trayectoria de María Delfina es de superación y compromiso ambiental

Mariana G. Sixtos

María Delfina Luna Krauletz es docente del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad de la Sierra Juárez (UNSIJ), originaria de la comunidad chinanteca de Santiago Comaltepec, en la región de la Sierra Norte del estado de Oaxaca, su vida es un ejemplo de perseverancia, dedicación al desarrollo académico, al bienestar de las comunidades indígenas y al ecosistema que los rodea.

Desde temprana edad María Delfina enfrentó desafíos significativos, porque como hablante nativa del chinanteco [juu jmiih (huːhmiːh)], vivió en carne propia las dificultades de recibir educación en un entorno donde se prohibía el uso de su lengua materna en las aulas. Esta situación la obligó a aprender español simultáneamente mientras adquiría nuevos conocimientos y así rompió barreras culturales y lingüísticas.

A pesar de las limitaciones económicas y los prejuicios sociales de su comunidad, que tradicionalmente no apoyaba la educación superior para las mujeres, María contó con el respaldo incondicional de su familia y continuó sus estudios fuera de su localidad.

RESCATE DE LAS ESPECIES OAXAQUEÑAS

La investigación de María Luna consiste en el estudio de la diversidad y distribución de mamíferos en la región, incluye especies emblemáticas y en peligro de extinción como el jaguar (Panthera onca), el tigrillo (Leopardus wiedii) y el tapir centroamericano (Tapirus bairdii).

Evalúa el impacto de las actividades humanas en los hábitats, promueve estrategias de conservación, fomenta la educación ambiental y la colaboración comunitaria entre chinantecas y zapotecas al integrar las necesidades y perspectivas.

La científica colocó en la zona cámaras y micrófonos para poder captar los sonidos e imágenes de las especies estudiadas, “ellos tienen la costumbre de bajar al río”, comentó.

En su artículo “Conservación de carnívoros en el área comunal protegida de Santiago Comaltepec, Sierra Madre de Oaxaca, México” publicado en el repositorio DSpace del CIIDIR Oaxaca, muestra la importancia del trigrillo y del jaguar, así como el registro de diez especies diferentes en la zona, además puntualiza la necesidad de designar áreas de al menos mil 400 kilómetros cuadrados para mantener poblaciones viables.

También describe que los hábitats actuales son insuficientes para estos felinos, por ello, llama a sumar esfuerzos entre las comunidades indígenas para crear Áreas Naturales Protegidas y así lograr un efecto cascada entre las especies de la Sierra Madre de Oaxaca, ya que estos carnívoros mantienen el equilibrio ecosistémico.

Por otra parte, recientemente realizó el proyecto para crear un corredor biológico en el que utilizó Sistemas de Información Geográfica (SIG). En el que se tiene como objetivo conectar áreas adecuadas para el desarrollo de Abies hickelii, mejor conocido como oyamel de Juárez y especies acompañantes. El corredor biológico tiene 20 kilómetros de longitud, una superficie de 6 mil 595.73 hectáreas, conecta los bosques de Santa Catarina Ixtepeji y Santiago Laxopa.

Es muy importante conservar los bosques de Abies hickelii en México, especialmente en la Sierra Norte de Oaxaca. Esta especie de abeto está en peligro de extinción, tiene una distribución discontinua y dispersa debido a sus necesidades específicas de hábitat. Los bosques donde habita están amenazados por actividades humanas y el cambio climático, al no contar con protección oficial, son especialmente vulnerables.

En su estudio “El monitoreo ecológico comunitario como herramienta para la protección de la fauna silvestre en ecosistemas del norte de Oaxaca, México” publicado en las Memorias del primer Congreso de Estudios Interdisciplinarios del Ambiente y la Sostenibilidad, que a través de apoyos como el Programa de Pago por Servicios Ambientales que otorga la Comisión Nacional Forestal (Conafor), a las comunidades indígenas, se generan brigadas de monitoreo y conservación de otras especies como las 19 especies de aves y 13 mamíferos registrados entre 2016 y 2018.

Dentro de la misma investigación impartió talleres de socialización para concientizar a las comunidades sobre la importancia de la fauna silvestre en los bosques y usarlas en beneficio socioeconómico para ellos, por ejemplo, en la promoción del ecoturismo y el fortalecimiento del tejido social.

COLABORACIONES Y BENEFICIO SOCIAL

La docente trabaja en estrecha colaboración con diversas instituciones y comunidades. Mentora, directora de tesis en programas de licenciatura y posgrado, fortalece la formación de nuevos profesionales en ciencias ambientales. Su labor tiene un impacto directo en comunidades indígenas de la Sierra Juárez, participa en proyectos de manejo forestal comunitario y conservación de la biodiversidad.

Es miembro del Consejo Ciudadano para la Biodiversidad en Oaxaca (Cocibio) y del grupo técnico local de felinos silvestres del estado. Su participación en estos organismos refuerza su compromiso con la conservación ambiental y el desarrollo sostenible.

La trayectoria de María Delfina Luna Krauletz es un claro ejemplo de superación y compromiso con la educación y la conservación del medio ambiente. Su trabajo genera un impacto positivo en las comunidades indígenas de Oaxaca y en el ámbito académico, posicionándola como una referente en su campo y una inspiración para las nuevas generaciones.